lunes, 30 de agosto de 2010

8/8/2010


La vida de un contramaestre puede ser solitaria aunque esté rodeado de gente.

Afortunadamente siempre se puede mirar hacia arriba para no sentirse solo, pues 1000 millones de estrellas te acompañan… pero también te hacen sentir el hombre más pequeño e insignificante del mundo. Coquetas te advierten de que siempre estarán por encima de tus posibilidades.

En las noches claras, cuando amistosas te señalan el camino hacia el hogar, levantas tu jarra pensando que, en eses momento, en la otra esquina del mundo, allén de los mares, seguro habrá alguien que recogerá el brindis mientras contempla un cielo estrellado, porque la coquetería y curiosidad de esas pequeñas lucecitas nocturnas, también las hace ser las mejores recaderas.

Salud camarada!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario