lunes, 30 de agosto de 2010

21/08/2010

En el mar la vida es infame e incierta, algunas veces deben tomarse decisiones que quizás sin ser las más acertadas pueden afectar radicalmente a toda una tripulación.

Es por eso que un buen pirata debe saber desenfundar su espada a tiempo y lidiar con todo aquello que ocasione peligro, sin reconocer jamás lo que se preocupa por los suyos cuando todo puede indicar lo contrario. La fiereza, el poder, las últimas energías para luchar en situaciones extremas siempre han de surgir en aquel momento en que decidimos olvidar nuestra existencia y cuidar la de los demás.

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